El cine, la escritura o la música muy a menudo destacan por mostrar o transmitir imágenes violentas y trágicas. Sin embargo, la violencia, lo sórdido o lo macabro vienen de muy lejos y no son una novedad en el arte. De hecho fue en la Edad Media cuando los maestros de la época empezaron a detallar cuidadosamente en sus pinturas todos los terribles sufrimientos que esperaban a los infieles. Las representaciones del Infierno llegaron a cubrir paredes enteras de iglesias y se pueden encontrar elementos perturbadores y siniestros en manuscritos, pinturas, esculturas e incluso en arquitectura, basta pensar en las obras de Pieter Brueghel o Hieronymous Bosch.
Pero la historia del arte más reciente tampoco se ha quedado corta en obras inquietantes y terroríficas. Representaciones de los horrores de guerra, las injusticias de la sociedad, o simplemente las emociones y miedos humanos más ancestrales se manifiestan en los lienzos de, por ejemplo, Goya, Henry Fuseli, Francis Bacon o Katsushika Hokusai.
Ya que Halloween terminó hace poco queremos recordar algunas de las obras más tenebrosas que, a su vez, invitan a la reflexión en nuestra colección. A consumir con moderación.