La CIA detrás de la farsa del arte contemporáneo

La CIA detrás de la farsa del arte contemporáneo

Por Borja Bandrés


En mil novecientos cuarenta y siete el comunismo se extendía peligrosamente por Europa Oriental, China y Corea del Norte, mientras que en Estados Unidos empezaba una histérica cacería de brujas donde nadie estaba a salvo de ser acusado de rojo y encarcelado.

Uno de los roles de la CIA, fundada aquel mismo año y que aún carecía de su pletórico historial de violaciones de derechos humanos, extorsión, torturas, financiación y armamento a dictadores, mafias y cárteles de droga, fue replicar el realismo socialista con sus soldados, proletarios y campesinos cantando aibó a trabajar bajo la atenta mirada del camarada mostachudo de turno. A tal fin, la CIA montó el Congreso para la Libertad Cultural, (CCF en sus siglas en inglés) una tapadera fundada en Berlín Oeste con fondos de la CIA y a cargo de un agente de la CIA que aglutinaba un variopinto zoológico de intelectuales, escritores, historiadores, poetas y artistas coaligados para hacer del expresionismo abstracto el símbolo de la libertad.

 

Mark Rothko - No. 5 / No.22 (1950, MoMA)

 

Los artistas, marginales, inmigrantes y con una fuerte propensión al alcoholismo llamados De Kooning, Pollock o Rothko, tenían el perfil ideal de anti héroes — especialmente Rothko, nacido en el Imperio Ruso — para vender la tostada y encasquetarles tan encomiable tarea. De la promoción se encargó la propia CCF, activa en treinta y cinco países, albergando en sus más de veinte revistas a un sinfín de críticos que se otorgaron, a partir de entonces, el derecho de dictaminar urbi et orbi que aquellas obras creadas en cuestión de horas eran la quintaesencia del arte.

Como había que darle un enfoque internacional a la cosa la CCF pidió la generosa aportación de millonarios y de museos. El más destacado, para no apartarse de la rama criminal, fue Nelson Rockefeller, cuya madre había co-fundado Museo de Arte Moderno de Nueva York. De hecho, Rockefeller fue uno de los mayores patrocinadores del expresionismo abstracto, al que llamó "pintura de libre empresa".


Willem De Kooning - Ganesvoort Steet (1949, The Willem de Kooning Foundation )

 

Gracias a todo ello en mil novecientos cincuenta y seis ya se habían organizado treinta y tres exposiciones internacionales de expresionismo abstracto. Y en mil novecientos cincuenta y ocho se hizo una gran gira de dos años de duración promocionada, oh sorpresa, por el MoMa. Ciudades como Basilea, Bruselas, Berlín Oeste, Milán o París albergaron la exposición, pero cuando la Tate Gallery de Londres afirmó que no podía costearla un altruista millonario llamado Julius Fleischmann intervino. Fleischmann era presidente de la Fundación Farfield, financiada por la CIA, por lo que el contribuyente norteamericano acabó pagando de su bolsillo dicha exposición.

Si nada esto es una novedad, como tampoco lo es el "arte" promovido por políticos y burócratas sin criterio artístico, lo patético es que aquello que antaño podía sonar a exótico o a emocionante — como los vestigios del arte comunista relegados a museos — sentó las bases y el funcionamiento del timo más lucrativo de nuestros tiempos, como escribimos en nuestro anterior artículo.

Y es que aquello que debería haberse extinguido hace décadas sigue tan vigente como hace setenta y cinco años, arrastrando un tufo a rancio y a podrido — por retomar la expresión de José Luís Infiesta, fundador del MEAM — que seguirá apestando mientras quienes lo promueven tengan capacidad económica para mantener a sus monstruos sagrados en mausoleos, como algunos camaradas comunistas, y a sus vagos sin talento aupados artificialmente  de la nada en las páginas de la crítica internacional.

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8 comentarios

Interesante retrospectiva, María, que refleja, como en casi todo lo relacionado con la cultura, la decadencia que estamos viviendo en pos del dinero fácil y, en general, de las estupideces de fácil consumo. Desde entonces todos los periódicos han sido comprados por enormes conglomerados que defienden sus propios intereses, es decir el puñado de artistas que quieren, en detrimento de todos los demás. A veces estaría bien ver expuestos jóvenes promesas, pero no es algo de inminente acontecer.

GAUDIFOND

Hasta principios de los años 1990 las Galerías de arte eran muy numerosas y muy concurridas por un público de todas las edades, amante del arte realizado con mucho esmero, reflexión y elaboración, tanto en el figurativo como en grandes figuras del abstracto.
Los periódicos eran más numerosos que hoy en día. Cada periodico tenía su critico de arte, una persona culta y muy entendida. Cada semana, cada uno en su diario respectivo, publicaba una crítica sobre una de las distintas exposiciones en curso.

De pronto todos los periódicos y Revistas de Arte se pusieron a publicar artículos sobre el Genio del Grafitti: Jean-Michel Basquiat. Acababa de morir a los 27 años de una sobredosis y había sido el único artista a sus tan solos 21 años jamás invitado a participar a la Feria más importante del Mundo: Art Basel.

Todo el mundo: críticos, artistas y el público se hacía la misma pregunta: ¿"Pero qué le encuentran a este personaje? ¿Por qué de pronto hablan de él y de sus graffitis en todas partes y de ninguna otra Manifestación de Arte?"
 
De un día para otro, los críticos dejaron de escribir artículos sobre exposiciones que no fueran de los nuevos estilos impuestos al público. Los periódicos dejaron de publicar su departamento reservado a las Exposiciones y despidieron a los críticos.

Las Galerías de arte tal y como habían funcionado se quedaron sin público y fueron desapareciendo, cuando éstas siempre habían desarrollado, corriendo un riesgo económico, un papel importante dando a conocer a artistas buenos y a menudo noveles.

Las han desplazado los grandes bancos que con su enorme poderío, presentan magníficas Exposiciones de …artistas consagrados. No presentan jamás ningún artista desconocido y no corren, en consecuencia, ningún riesgo financiero. No permiten la promoción de un Arte Nuevo de calidad.

María

Muchísimas gracias por este comentario David.

Sí, poner el dedo en la llaga no es placentero, pero los que formamos este negocio intentamos regir nuestras vidas por la honestidad y la transparencia, aunque duelan. Como hay cosas que son inadmisibles y objetivamente escandalosas consideramos que es nuestro deber hablar, porque quien calla otorga y es cómplice.

Un afectuoso saludo

GAUDIFOND

¡Qué osadía de artículo más satisfactoria! Me parece fascinante que en casa de herrero cuchillo de hierro, y no de palo. Le habéis dado la vuelta a la tortilla y puesto el dedo en la llaga. Algunos pensarán que echáis piedras sobre vuestro tejado, otros pensamos que estáis quitando precisamente las piedras de vuestro tejado. Me gustó, y lo mejor, me sorprendió, y más que por la información es en dónde aparece esta información!

David R.

Buenas tardes Miguel y gracias por su comentario,

Coincidimos en que aquella persona que durante toda su vida sólo pinta arte abstracto difícilmente posee la técnica, las ideas o el ingenio para pintar otra cosa.

Nos ha gustado el símil artista-periodista, nunca nos lo habíamos planteado así, aunque viendo en qué se ha convertido el supuesto cuarto poder estaríamos hablando de un mundo ideal.

Un cordial saludo y esperamos leerle de nuevo

GAUDIFOND

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